No sé nada y lo sé todo de ti.
Arrastras un buque mercante, lo sé;
cargado de incógnitas que huelen el miedo a kilómetros, como un lobo incesantemente herido, lo sé.
El reto de que te ames más que nunca es una utopía a la que estás obligada, por todos los Dioses, jamás se divisó tan basto buque en el horizonte.
Sueñas con volver a ser.
Volver a ser de carne y hueso.
Eres bloque con corazón emparedado. Te abrazan y nacen apenas unos poros, vías, que esnifan fe. Fe a la que le preparas su plato de comida favorito, aunque se escape a diario, aunque te abandone siempre cuando más hambre tienes de compartir, de recuperar, de acariciar, lo inviable.
No nos conocemos, pero vamos en el mismo barco, gracias por dejarte rozar.
Arrastras un buque mercante, lo sé;
cargado de incógnitas que huelen el miedo a kilómetros, como un lobo incesantemente herido, lo sé.
El reto de que te ames más que nunca es una utopía a la que estás obligada, por todos los Dioses, jamás se divisó tan basto buque en el horizonte.
Sueñas con volver a ser.
Volver a ser de carne y hueso.
Eres bloque con corazón emparedado. Te abrazan y nacen apenas unos poros, vías, que esnifan fe. Fe a la que le preparas su plato de comida favorito, aunque se escape a diario, aunque te abandone siempre cuando más hambre tienes de compartir, de recuperar, de acariciar, lo inviable.
No nos conocemos, pero vamos en el mismo barco, gracias por dejarte rozar.
Comentarios
Publicar un comentario