En segundos de equilibrio mínimo, en segundos donde mi voz interior no me discrimina, justo en ese tiempo sin tempo, puedo escuchar tu voz.
... gracias, hermana, por haberme cuidado tanto... gracias, hermana, por quedarte, bajo la tormenta de espinosas llamas, cuando lo q merecíamos era un verano surfeando flexibles margaritas. Gracias por cuidar de mamá, de nuestros ángeles-mascotines. Estoy aquí, latiendo a mi manera, agradecido eternamente que seas mi hermana.
Yo también recuerdo cuando íbamos al colegio solos, cogidos de la mano, sólo teníamos que cruzar una carretera. Vi cómo ayer entraste con tu amiga a nuestro cole, convertido ahora en un museo sagrado. Vi cómo tocaste la mano de una escultura para equilibrarte a través de los símbolos más fuertes. Fue Jesús quien te dio su mano, unos momentos antes se había ido la luz, tu amiga y tú en medio de Él y los doce apóstoles, y en la oscuridad de la sala los rostros de los trece se iluminaron, el arte alcanzó la perfección resucitando el agradecimiento de estar vivas. Aquella representación fue más real que todas las vidas que allí estaban sólo de visita.
Lo vi todo, hermana, vi mucho más de lo que podrías entender. Gracia, hermana, por continuar sin entender nada.
... gracias, hermana, por haberme cuidado tanto... gracias, hermana, por quedarte, bajo la tormenta de espinosas llamas, cuando lo q merecíamos era un verano surfeando flexibles margaritas. Gracias por cuidar de mamá, de nuestros ángeles-mascotines. Estoy aquí, latiendo a mi manera, agradecido eternamente que seas mi hermana.
Yo también recuerdo cuando íbamos al colegio solos, cogidos de la mano, sólo teníamos que cruzar una carretera. Vi cómo ayer entraste con tu amiga a nuestro cole, convertido ahora en un museo sagrado. Vi cómo tocaste la mano de una escultura para equilibrarte a través de los símbolos más fuertes. Fue Jesús quien te dio su mano, unos momentos antes se había ido la luz, tu amiga y tú en medio de Él y los doce apóstoles, y en la oscuridad de la sala los rostros de los trece se iluminaron, el arte alcanzó la perfección resucitando el agradecimiento de estar vivas. Aquella representación fue más real que todas las vidas que allí estaban sólo de visita.
Lo vi todo, hermana, vi mucho más de lo que podrías entender. Gracia, hermana, por continuar sin entender nada.
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