«Tienes derecho a ser feliz, tienes una responsabilidad con tu vida.» Me dicen los ángeles.
Él también tenía ese derecho a la dicha, si absurdamente lo perdió, ¿por qué mi vida iba a ser ahora mejor?
Si ni mi padre ni mi hermano escaparon de un trágico destino. ¿,Por qué mi destino iba a ser mejor precisamente ahora que tengo las manos más vacías que nunca, las pesadillas más pegajosas y los despertares más sísmicos?
Ayer, al volver con Parri de la piscina, pasé un largo rato con una amiga en común: M.
M. Me dice que hay que respetar tu decisión, todos dan por hecho que fue voluntario.
Di mi versión de tu corazón rebosante de alegría y de una crisis que te estresó hasta el punto de perder la coordinación básica. Le dije a M. q como nadie vio nada y el informe no pudo asegurar al 100% un acto voluntario, para mí, que te conozco como si fueras por mí parido, FUE ACCIDENTAL. También le dije que cada uno pensara lo q quisiera, q yo no podría jamás controlar eso.
Y aunque en ese momento estuve tranquila, luego por la noche las pesadillas me pasaron factura. No soporto hablar de ello, de conjeturas, mi hermanico precioso convertido en hipótesis de barrio.
El dolor q me produce no verte más me hiela la sangre, esta sangre que también es tuya. Y sólo cuando pienso que es la misma acierto a pensar que debería cuidarla y protegerla.
Jamás hubieras permitido q yo pasara este calvario. Salgo y esquivo aceras para que personas que nunca se pararon a hablar conmigo no me paren para buscar pistas de la tranquila normalidad de sus vidas, a través de la anormalidad ocurrida a ti.
Nadie está a salvo de tener una crisis, por muy nornal y estructurada que sea tu vida, o tal vez estos sean los que corren más peligro, pues la alarma no se oye amparada por la adaptación social.
«Si Samu tenía total independencia económica, su novia, una familia que lo adoraba, sus animales, un trabajo de muchos años en el que estaban contentos con él...era un tío trabajador y normal, ¿por qué esa crisis tan fuerte en 3 días?» preguntan algunos realmente afectados.
Se considera NORMAL aquel que tiene un trabajo estable. Aquél que ha sido capaz de aguantar cualquier cosa para conservarlo. Ésta es la primera regla para que seas digno de considerar NORMAL, lo demás son complementos.
Que en tu trabajo estén contentos contigo, como era el caso de mi hermano, por ser una persona sencilla, prudente, que rehuía el conflicto, que no plantaba cara a actitudes abusivas... Es decir, que te quieran en tu trabajo no te salva de tener una crisis, lo que te salva es QUE TÚ QUIERAS ESE TRABAJO, QUE TE SIENTAS VALORADO Y RESPETADO.
A mi hermano se le juntaron varias cosas, pero llevaba años soñando con abandonar un lugar que no era su sitio. El día de su muerte me dijo que iba directo a despedirse, desvió el camino y buscó el mar para coger fuerzas, para enfrentarse a una situación que le superaba. No sabía cómo huir de su vieja vida y empezar de cero, se sentía perseguido por decisiones equivocadas, por ayudar a personas del pasado que no le aportaron nada bueno, vio amenazas persecutorias donde no las había, y eso le produjo una crisis tan fuerte que no sabía ni hacia dónde moverse.
Mi hermanico del alma, tan fuerte mentalmente, acabó sintiéndose diminuto y aterrorizado. Buscó el mar para encontrarse a sí mismo, se adentró en él y el mar tuvo más fuerza que una persona que andaba bajo mínimos.
Te echo de menos con locura, he tenido la suerte de tener al mejor hermano 4 décadas, y la gran desgracia de llorarle hasta el día que yo me vaya.
TE QUIERO, MI VIDA.
Él también tenía ese derecho a la dicha, si absurdamente lo perdió, ¿por qué mi vida iba a ser ahora mejor?
Si ni mi padre ni mi hermano escaparon de un trágico destino. ¿,Por qué mi destino iba a ser mejor precisamente ahora que tengo las manos más vacías que nunca, las pesadillas más pegajosas y los despertares más sísmicos?
Ayer, al volver con Parri de la piscina, pasé un largo rato con una amiga en común: M.
M. Me dice que hay que respetar tu decisión, todos dan por hecho que fue voluntario.
Di mi versión de tu corazón rebosante de alegría y de una crisis que te estresó hasta el punto de perder la coordinación básica. Le dije a M. q como nadie vio nada y el informe no pudo asegurar al 100% un acto voluntario, para mí, que te conozco como si fueras por mí parido, FUE ACCIDENTAL. También le dije que cada uno pensara lo q quisiera, q yo no podría jamás controlar eso.
Y aunque en ese momento estuve tranquila, luego por la noche las pesadillas me pasaron factura. No soporto hablar de ello, de conjeturas, mi hermanico precioso convertido en hipótesis de barrio.
El dolor q me produce no verte más me hiela la sangre, esta sangre que también es tuya. Y sólo cuando pienso que es la misma acierto a pensar que debería cuidarla y protegerla.
Jamás hubieras permitido q yo pasara este calvario. Salgo y esquivo aceras para que personas que nunca se pararon a hablar conmigo no me paren para buscar pistas de la tranquila normalidad de sus vidas, a través de la anormalidad ocurrida a ti.
Nadie está a salvo de tener una crisis, por muy nornal y estructurada que sea tu vida, o tal vez estos sean los que corren más peligro, pues la alarma no se oye amparada por la adaptación social.
«Si Samu tenía total independencia económica, su novia, una familia que lo adoraba, sus animales, un trabajo de muchos años en el que estaban contentos con él...era un tío trabajador y normal, ¿por qué esa crisis tan fuerte en 3 días?» preguntan algunos realmente afectados.
Se considera NORMAL aquel que tiene un trabajo estable. Aquél que ha sido capaz de aguantar cualquier cosa para conservarlo. Ésta es la primera regla para que seas digno de considerar NORMAL, lo demás son complementos.
Que en tu trabajo estén contentos contigo, como era el caso de mi hermano, por ser una persona sencilla, prudente, que rehuía el conflicto, que no plantaba cara a actitudes abusivas... Es decir, que te quieran en tu trabajo no te salva de tener una crisis, lo que te salva es QUE TÚ QUIERAS ESE TRABAJO, QUE TE SIENTAS VALORADO Y RESPETADO.
A mi hermano se le juntaron varias cosas, pero llevaba años soñando con abandonar un lugar que no era su sitio. El día de su muerte me dijo que iba directo a despedirse, desvió el camino y buscó el mar para coger fuerzas, para enfrentarse a una situación que le superaba. No sabía cómo huir de su vieja vida y empezar de cero, se sentía perseguido por decisiones equivocadas, por ayudar a personas del pasado que no le aportaron nada bueno, vio amenazas persecutorias donde no las había, y eso le produjo una crisis tan fuerte que no sabía ni hacia dónde moverse.
Mi hermanico del alma, tan fuerte mentalmente, acabó sintiéndose diminuto y aterrorizado. Buscó el mar para encontrarse a sí mismo, se adentró en él y el mar tuvo más fuerza que una persona que andaba bajo mínimos.
Te echo de menos con locura, he tenido la suerte de tener al mejor hermano 4 décadas, y la gran desgracia de llorarle hasta el día que yo me vaya.
TE QUIERO, MI VIDA.
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