Es todo una cuestión química, lo más cínico de la vida es que ésta, muy digna, puede machacarte hasta dejarte con un hilo de vida, y justificar tu estado de forma mecánica, teórica, biológica... todo es química pura, y en ella los sentimientos son sólo un botón para desparramar hormonas y material químico que te hacen funcionar de forma programada, incluso con circuitos y espirales a los que volverte adicto, porque tu cuerpo acaba ansiando esa química que en un principio te sirvió para desahogarte, para protegerte, para gritar, para liberarte, para no volverte ido.
Sobre la hormona del stress y sobre otros locos procesos habla el interesante libro «SOBRENATURAL» de JOE DISPENZA. Me lo ha recomendado una amiga psicóloga, me lo voy leyendo muy despacio y flipando muy deprisa. La de cosas que debemos aprender de nuestro cerebro para no hundirnos indefinidamente. Lo intento, Samuel, leo mucho, escucho mucho, escribo mucho, hago un poquito de ejercicio, veo muchas conferencias y charlas por la red: Wayne Dyer, Louise Hay, Mario Alonso Puig, María Belón, Mercé Castro, Cecilia Borrás, Ramiro Calle, Antonio Gala, Covadonga, Emilio Carrillo, Anji Carmelo, Eckhart Tolle, Luján Comas, Gaby Pérez, Helen Keller, Sergi Torres, Osho, Nick Vujicic, Jesucristo, Lao Tse, Buda, Scott Peck, Elisabeth klüber Ross, Viktor Frankl
y tantos más...
Intento rozar mi intelecto de amor y mi corazón de sabiduría, ellos me ayudaron en múltiples momentos.
Osho y Wayne Dyer me ayudaron hace muchos años con las fuertes depresiones de algunos familiares, el fascinante psiquiatra Scott Peck me salvó la vida durante los dos años que cuidamos a papá..., pero ahora, en tu caso tan insoportable no sé si podrán ayudarme a salir adelante, así que rezo mucho y me encomiendo a los ángeles. Igualmente sigo teniendo fe en la investigación y los libros, por las anteriores vidas que me fueron salvadas.
Creo que si hubieras tenido como pequeña afición lecturas sobre el poder del presente, de la mente, de la respiración, de la conciencia de tu poderoso cuerpo y de la fe en aun tu más poderoso espíritu, hubieras tomado decisiones para tu desarrollo, hubieras dejado ese trabajo que te monitorizó y «monotorizó» hasta anularte. Pero apenas tenías tiempo de leer. Claro q estaban contentos contigo en el curro, como para no estarlo, si de una persona en concreto tragabas carros y carruajes. Siempre tan prudente, tan especialista en quitarle hierro a todo, mientras otros se especializaban en aprovecharse de tu contención.
Pero de lo que más me interesa hablar aquí es de tu belleza, bastante insoportable para quienes no cuentan con ella.
Una gitana del barrio me ha dicho que tú eras demasiado para tratar a diario con tanto vulgar, que si no llevabas puesto ninguna protección para las malas energías. Le dije q no eras supersticioso, y q además sentías rechazo por los ornamentos, pulseras o collares de cualquier tipo, q te daba repelús llevar metales , sólo admitías el reloj.
«Demasiado bello y sencillo para este mundo embrujao.» me ha contestado. Me ha besado la frente y me han bendecido, dice que ya me dará algo, que no se puede ir por el mundo siendo tan buenos y tan guapos. Que hay que protegerse, ah, y q me ponga un collar dorado que haga de sol y me ilumine la cara, que ello me ayudará a sanar.
Yo me agarro a todo, siempre que presienta verdad en alguna de sus expresiones, qué más da equivocarse en estas pequeñeces. La gran equivocación ya no tiene solución. Que te hayan apartado de la vida es el mayor error de mi universo.
Espero que allí estés protegido por mucha luz dorada. Yo es que te amo mucho y eso me hace no entender nada. Ni siquiera como 5 meses he soportado.
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