Te has alejado y debo encontrar el día de aceptarlo. Hoy no es posible, hoy me adentraría en cualquier sitio para encontrarte.
Encontrar todo lo que eres, esa luz que, como dice Morrissey, nunca se apagará. Mi misión es conseguir que esa luz tuya alumbre mi camino en lugar de cegarme. Es decir, no mirarla directa ni constantemente, sólo dejar que me acompañe, pero me supone un esfuerzo sobrehumano.
Tu luz mojada me electrocuta, recuerdo tus bromas diarias, el sonido de tu guitarra eléctrica, oigo tu voz llamándome para q escuche un nuevo tema q has compuesto. Tus abrazos cuando algo nos salía bien o sin venir a cuento.
Eras lo suficientemente humilde como para no soportar el postureo, esta nueva era instagramera te resultaba ridícula y me animabas a subir las menos fotos posibles. « Facebook es una trampa, ahí nadie se quiere, cuantos más likes más te odian. Lo que molaba era quedar en la replaceta.» Sí, o en la sala de máquinas, viciados pero rodeados de amigos reales, con la única virtualidad del divertido juego al que te engancharas. Pero para ello había que salir antes de casa y quedar con tus pequeños colegas.
Cuántas conversaciones hemos tenido de millones de temas, no puedo seguir sin tu bondad y complicidad.
Te buscaría allá donde me aportaran una mínima pista. Me adentraría, en el mar, como Virginia Woolf. Sin piedras, con ángeles de grandes y milagrosas alas. Si los ves, engánchate a una de ellas, espéranos a mamá, a nuestros peludos y a mí. Mientras... duerme y vuela y duerme y vuela y duerme y vuela.
Encontrar todo lo que eres, esa luz que, como dice Morrissey, nunca se apagará. Mi misión es conseguir que esa luz tuya alumbre mi camino en lugar de cegarme. Es decir, no mirarla directa ni constantemente, sólo dejar que me acompañe, pero me supone un esfuerzo sobrehumano.
Tu luz mojada me electrocuta, recuerdo tus bromas diarias, el sonido de tu guitarra eléctrica, oigo tu voz llamándome para q escuche un nuevo tema q has compuesto. Tus abrazos cuando algo nos salía bien o sin venir a cuento.
Eras lo suficientemente humilde como para no soportar el postureo, esta nueva era instagramera te resultaba ridícula y me animabas a subir las menos fotos posibles. « Facebook es una trampa, ahí nadie se quiere, cuantos más likes más te odian. Lo que molaba era quedar en la replaceta.» Sí, o en la sala de máquinas, viciados pero rodeados de amigos reales, con la única virtualidad del divertido juego al que te engancharas. Pero para ello había que salir antes de casa y quedar con tus pequeños colegas.
Cuántas conversaciones hemos tenido de millones de temas, no puedo seguir sin tu bondad y complicidad.
Te buscaría allá donde me aportaran una mínima pista. Me adentraría, en el mar, como Virginia Woolf. Sin piedras, con ángeles de grandes y milagrosas alas. Si los ves, engánchate a una de ellas, espéranos a mamá, a nuestros peludos y a mí. Mientras... duerme y vuela y duerme y vuela y duerme y vuela.
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