Mi Samuel es Leo, signo noble, poderoso, dominante, cautivador, generoso, si no son tímidos pueden ser demasiado protagonistas. Samuel es tímido, pero con empuje; no le gusta dar la nota pero su naturaleza leonesca hace que a veces llame la atención aunque no lo pretenda.
No tiene la autoestima alta, así que no se da ni cuenta de que ejerce de imán, que las personas se acercan a él confiadas de que resultará agradable conocerle. Su lenguaje corporal no es nada agresivo para ser un león, a veces tan pasivo que bosteza tapándose los ojos en vez de la boca. Los leones de adultos pueden comportarse como niños, tan entrañables con sus gestos de cariño, tan insoportables con sus pataletas. Lo quieren todo y lo quieren ya. Pues la profunda intuición del león descubrió en otras eras que la vida era muy corta, apenas cazar unas presas para acabar siendo cazado por algo aún más feroz que el felino. Sin saber qué podría ser exactamente: agotamiento por pertenecer a una manada mal organizada, stress llevado al límite en su trabajo de esclavo en el circo, un accidente por no calcular bien un salto de altura, parada cardiaca por el frío de un baño en pleno invierno... Nadie nunca ha de saberlo, porque los leones son cautos e inteligentes hasta el misterio.
Te echo de menos en todo, rugidos incluido.
No tiene la autoestima alta, así que no se da ni cuenta de que ejerce de imán, que las personas se acercan a él confiadas de que resultará agradable conocerle. Su lenguaje corporal no es nada agresivo para ser un león, a veces tan pasivo que bosteza tapándose los ojos en vez de la boca. Los leones de adultos pueden comportarse como niños, tan entrañables con sus gestos de cariño, tan insoportables con sus pataletas. Lo quieren todo y lo quieren ya. Pues la profunda intuición del león descubrió en otras eras que la vida era muy corta, apenas cazar unas presas para acabar siendo cazado por algo aún más feroz que el felino. Sin saber qué podría ser exactamente: agotamiento por pertenecer a una manada mal organizada, stress llevado al límite en su trabajo de esclavo en el circo, un accidente por no calcular bien un salto de altura, parada cardiaca por el frío de un baño en pleno invierno... Nadie nunca ha de saberlo, porque los leones son cautos e inteligentes hasta el misterio.
Te echo de menos en todo, rugidos incluido.
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