Uno puede imaginar hasta el infinito y más allá, sin embargo rara vez imagina que basta un minuto para que toda tu realidad y percepción cambie, un minuto para saltar del calor de un hogar a la hoguera del férreo infierno. He perdido al ser que más amaba, mi hermano Samuel. J unto a él y mi madre cuidamos a papá durante dos durísimos años, mi padre José (el kike) falleció de cáncer de pulmón en noviembre de 2017 . Aunque tristes estábamos muy fuertes para empezar una nueva vida convencidos de que nos habíamos entregado a mi padre como él se merecía. Sentimos alivio de que ya descansara y, a pesar del desgaste, teníamos energía para muchos planes. Samuel incluso disfrutó de viaje con su novia. Pero..., tres meses después..., mi único hermano se ahogó en el mar. Fui yo la que recibió la noticia por teléfono de forma terrible, un sargento más frío que una ola en mes de marzo. No asimilé la noticia y aun así quise irme tras él, con el convencimiento de no poder sobrevivir a la sigui
Tendemos a creer que el alma gemela debe ser una pareja, pero el alma es precisamente la que menos entiende de convencionalismos. Claro que puede ser tu pareja, pero también una hermana, tu padre, un hijo, un amigo o un animal no humano. La mayor de las suertes es tener más de una, cuantas más tengas más feliz serás. En mi caso se trata de mi amadísimo hermano Samuel, que no veo ni abrazo de forma material desde marzo de 2018.
Comentarios
Publicar un comentario