El bloqueo de la hoja en blanco no es mi caso, ni es el tuyo. Tal vez ni exista, como no existe la última palabra.
La hoja queda en blanco cuando no puedes decidir, se acopla infinidad de material en tu despensa, no sabes qué tirar y qué aprovechar.
El bloqueo de la hoja negra entra al caso. Te van a confundir con un cualquiera y no verán la oscura gracia de tus cenizas. Una blanca e inmaculada lámina para que tus dedos sigan deletreando tu sino,¿lo que tú verás?, una cartulina negra y afilada.
El puto mayor reto de tu vida: dejar que tu rostro caiga aplastado en ella para marcar contornos de una careta, o buscar chirriantes estuches de colores.
Tus manos optan por garabatear.
Círculos concéntricos lilas, octaedros amarillos, espirales azuladas, pétalos rojizos, ondas verdemar, corazones cobre y pirámides superpuestas perfiladas en turquesa. Varias cruces rosa palo.
Respiras para atender la composición, es absurda y sonríes sin satisfacción. Has sonreído por atracción al color. Un paso hacia algún lado.
Del activado de color a la radio prendida. No hay voluntad para escoger canción, es la radio la que canalizará el mensaje que necesites escuchar, o el que menos necesites. La vida es RANDOM.
Suena Rosendo y Luz Casal...
Suena Rosendo y Luz Casal...
Suena Rosendo y Luz Casal...
Conoces una fraternal historia que empieza y acaba en el alma de esa canción.
Cuántas otras almas sentirán lo mismo sin haber perdido lo más querido...
Siguen sintiendo la excitación del momento presente, no pueden morir de tristeza con la composición. Afortunados.
Guardas la cartulina negra que has reinventado, redondeas las puntas a tijera, la decoras con trocitos de tela y pequeñas tachuelas destartaladas. Da igual lo bonita o fea que sea, la has transformado. Ya puedes ver folios, cuartillas y pantallas blancas en las que confiar todo lo que serás.
Eres otra, sin definir y sin escoger, eres random. Podrás ser cualquier personaje, detestable o admirable.
Precisarás mucha materia incolora en la que reflejar lo deseado, lo necesitado, lo temido, lo intuido, reformular tu tejido.
La careta de cartulina negra será una tentación de por vida, tu don es no bloquearte ante las infinitas formas de vida de una hoja en blanco.
La hoja queda en blanco cuando no puedes decidir, se acopla infinidad de material en tu despensa, no sabes qué tirar y qué aprovechar.
El bloqueo de la hoja negra entra al caso. Te van a confundir con un cualquiera y no verán la oscura gracia de tus cenizas. Una blanca e inmaculada lámina para que tus dedos sigan deletreando tu sino,¿lo que tú verás?, una cartulina negra y afilada.
El puto mayor reto de tu vida: dejar que tu rostro caiga aplastado en ella para marcar contornos de una careta, o buscar chirriantes estuches de colores.
Tus manos optan por garabatear.
Círculos concéntricos lilas, octaedros amarillos, espirales azuladas, pétalos rojizos, ondas verdemar, corazones cobre y pirámides superpuestas perfiladas en turquesa. Varias cruces rosa palo.
Respiras para atender la composición, es absurda y sonríes sin satisfacción. Has sonreído por atracción al color. Un paso hacia algún lado.
Del activado de color a la radio prendida. No hay voluntad para escoger canción, es la radio la que canalizará el mensaje que necesites escuchar, o el que menos necesites. La vida es RANDOM.
Suena Rosendo y Luz Casal...
Suena Rosendo y Luz Casal...
Suena Rosendo y Luz Casal...
Conoces una fraternal historia que empieza y acaba en el alma de esa canción.
Cuántas otras almas sentirán lo mismo sin haber perdido lo más querido...
Siguen sintiendo la excitación del momento presente, no pueden morir de tristeza con la composición. Afortunados.
Guardas la cartulina negra que has reinventado, redondeas las puntas a tijera, la decoras con trocitos de tela y pequeñas tachuelas destartaladas. Da igual lo bonita o fea que sea, la has transformado. Ya puedes ver folios, cuartillas y pantallas blancas en las que confiar todo lo que serás.
Eres otra, sin definir y sin escoger, eres random. Podrás ser cualquier personaje, detestable o admirable.
Precisarás mucha materia incolora en la que reflejar lo deseado, lo necesitado, lo temido, lo intuido, reformular tu tejido.
La careta de cartulina negra será una tentación de por vida, tu don es no bloquearte ante las infinitas formas de vida de una hoja en blanco.
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