Cuando vivías, vengo a decir, cuando yo también lo hacía..., uno de mis momentos favoritos era la mañana.
Despertar. Sentir la dicha de estar sana, de no tener dolores físicos y haber hecho frente a los del alma, eso fue siempre lo más realizante.
Tras despertar con ese lujo en la conciencia, miraba a mis peludos y el corazón me explotaba de amor, y ya de mañana aunque no estuvieras en casa te nombrábamos mamá y yo: «enseguida viene Samu y nos vamos de excursión a oler pipí y cacas de vuestros coleguitas.»
Sí, empezaba el día echándole humor y sintiendo placer por el simple hecho de ser fan del buen desayuno: zumo de naranja mezclado con limón, frutos secos, plátano, tostada con aceite y ajo, leche de avena con un toque de canela...
A mamá le ocurre lo mismo, uno de sus momentos favoritos es el desayuno, creo que está manteniendo la fuerza como para disfrutar de ese momento.
Yo no, yo no encuentro placer en absolutamente nada, me esfuerzo y me engaño con tal de alimentarme. Y pienso que hay quienes no tienen para comer, así q abro el pico y agradezco el alimento. Un poco de placer experimento con el chocolate, pero con lágrima adjunta, pues recuerdo cuando venías al armario de mi habitación y me preguntabas, ¿tienes provisiones?
Como tú siempre has sido muy ansioso para comer y yo muy hormiguita, guardaba en mi despensa particular, entre mi pequeña biblioteca, un par de tabletas de chocolate negro al 80%, nuestra intención era cuidarnos mucho para no vivir el calvario de papá. Sin obsesionarnos, disfrutando de ello: nada de tabaco, huíamos de los q fumaban, algunas cervezas estimulantes, limón, purés de verduras con semillas, ajo, mucha cebolla y tomate en las pizzas, hamburguesas veganas, batatas, champiñones... mil cosas sabrosas que nos hacían tener fe en nuestro cuerpo y en la regeneración de nuestro espíritu tras haber bajado los dos, cogiditos de la mano como cuando íbamos al cole, a las salas VIP de los infiernos: UCI, ONCOLOG{A, SALA DE QUMIO, NEGLIGENCIAS MÚLTIPLES EN LA ARRIXACA, INGRESOS CONSTANTES, PALABRAS DE DESAHUCIO BIOLÓGICO, BAJADAS DE AZÚCAR HASTA LA INCONSCIENCIA, CAÍDAS DE LA CAMA, MORFINA,MEDIR AZÚCAR, PINCHARLE PORQUE ÉL YA NO TIENE FUERZA, NO ENCONTRAR GRASA DÓNDE PINCHAR... Mamá, Mi hermano y yo solos con mil variantes desquiciantes, ese agosto 2017 que parecía no tener fin, y que se alargó hasta noviembre, aunque el sufrimiento empezó mucho antes, antes incluso del diagnóstico, cuando había sospechas.
En tiempos de sospecha Samu y yo paseábamos a los perros y por momentos nos abrazábamos para engañar al cuerpo de los temblores. Era finales de 2015 y, aunque estábamos más asustados q nunca y no podíamos dejar de hablar del tema, ninguno imaginamos el devastador terremoto que acabaría con las dos personas más importantes de la familia.
Sólo he visto llorar 4 veces de pena a Samuel, las cuatro fueron por la enfermedad de mi padre. Sólo lo he visto una vez llorar de felicidad, fue por la maravillosa operación a papá, cuando la cirujana Patricia Martínez Martínez le quitó el bicho de 8 cm y medio pulmón, recuperándose en 9 días como si no hubiera pasado nada.
Qué poco duró la magia.
No quiero recordar todo lo que vino después, quiero quedarme PARA SIEMPRE en aquel fascinante verano 2016, con papá curado y yo celebrando cada minuto de mi vida, extasiada, amando cada secuencia por la que me iba paseando mientras que, a lo lejos, veía cómo se acercaban mi padre y mi hermano por el paseo de la playa, hablando de sus masculinas cosas, pasando un poco de mi cara, alegres porque se habían tomado un par de cervezas en la Tana, yo más alegre aún porque venía de bañarme con los perros en una cala.
Miraras a donde miraras, todo estaba calado de familiaridad, unidad y tiempo conquistado.
Quiero quedarme ahí, para siempre, con la impronta en el alma de un padre y un hermano que me quieren más que a su propia vida. Voy a quedarme ahí y olvidar que el tiempo existe para cambiarlo todo. Para quedarte sin nada.
Despertar. Sentir la dicha de estar sana, de no tener dolores físicos y haber hecho frente a los del alma, eso fue siempre lo más realizante.
Tras despertar con ese lujo en la conciencia, miraba a mis peludos y el corazón me explotaba de amor, y ya de mañana aunque no estuvieras en casa te nombrábamos mamá y yo: «enseguida viene Samu y nos vamos de excursión a oler pipí y cacas de vuestros coleguitas.»
Sí, empezaba el día echándole humor y sintiendo placer por el simple hecho de ser fan del buen desayuno: zumo de naranja mezclado con limón, frutos secos, plátano, tostada con aceite y ajo, leche de avena con un toque de canela...
A mamá le ocurre lo mismo, uno de sus momentos favoritos es el desayuno, creo que está manteniendo la fuerza como para disfrutar de ese momento.
Yo no, yo no encuentro placer en absolutamente nada, me esfuerzo y me engaño con tal de alimentarme. Y pienso que hay quienes no tienen para comer, así q abro el pico y agradezco el alimento. Un poco de placer experimento con el chocolate, pero con lágrima adjunta, pues recuerdo cuando venías al armario de mi habitación y me preguntabas, ¿tienes provisiones?
Como tú siempre has sido muy ansioso para comer y yo muy hormiguita, guardaba en mi despensa particular, entre mi pequeña biblioteca, un par de tabletas de chocolate negro al 80%, nuestra intención era cuidarnos mucho para no vivir el calvario de papá. Sin obsesionarnos, disfrutando de ello: nada de tabaco, huíamos de los q fumaban, algunas cervezas estimulantes, limón, purés de verduras con semillas, ajo, mucha cebolla y tomate en las pizzas, hamburguesas veganas, batatas, champiñones... mil cosas sabrosas que nos hacían tener fe en nuestro cuerpo y en la regeneración de nuestro espíritu tras haber bajado los dos, cogiditos de la mano como cuando íbamos al cole, a las salas VIP de los infiernos: UCI, ONCOLOG{A, SALA DE QUMIO, NEGLIGENCIAS MÚLTIPLES EN LA ARRIXACA, INGRESOS CONSTANTES, PALABRAS DE DESAHUCIO BIOLÓGICO, BAJADAS DE AZÚCAR HASTA LA INCONSCIENCIA, CAÍDAS DE LA CAMA, MORFINA,MEDIR AZÚCAR, PINCHARLE PORQUE ÉL YA NO TIENE FUERZA, NO ENCONTRAR GRASA DÓNDE PINCHAR... Mamá, Mi hermano y yo solos con mil variantes desquiciantes, ese agosto 2017 que parecía no tener fin, y que se alargó hasta noviembre, aunque el sufrimiento empezó mucho antes, antes incluso del diagnóstico, cuando había sospechas.
En tiempos de sospecha Samu y yo paseábamos a los perros y por momentos nos abrazábamos para engañar al cuerpo de los temblores. Era finales de 2015 y, aunque estábamos más asustados q nunca y no podíamos dejar de hablar del tema, ninguno imaginamos el devastador terremoto que acabaría con las dos personas más importantes de la familia.
Sólo he visto llorar 4 veces de pena a Samuel, las cuatro fueron por la enfermedad de mi padre. Sólo lo he visto una vez llorar de felicidad, fue por la maravillosa operación a papá, cuando la cirujana Patricia Martínez Martínez le quitó el bicho de 8 cm y medio pulmón, recuperándose en 9 días como si no hubiera pasado nada.
Qué poco duró la magia.
No quiero recordar todo lo que vino después, quiero quedarme PARA SIEMPRE en aquel fascinante verano 2016, con papá curado y yo celebrando cada minuto de mi vida, extasiada, amando cada secuencia por la que me iba paseando mientras que, a lo lejos, veía cómo se acercaban mi padre y mi hermano por el paseo de la playa, hablando de sus masculinas cosas, pasando un poco de mi cara, alegres porque se habían tomado un par de cervezas en la Tana, yo más alegre aún porque venía de bañarme con los perros en una cala.
Miraras a donde miraras, todo estaba calado de familiaridad, unidad y tiempo conquistado.
Quiero quedarme ahí, para siempre, con la impronta en el alma de un padre y un hermano que me quieren más que a su propia vida. Voy a quedarme ahí y olvidar que el tiempo existe para cambiarlo todo. Para quedarte sin nada.
https://www.youtube.com/watch?v=xzZTICq0O_k
ResponderEliminarUna lágrima y un abrazo
No lo conocía..........
EliminarNo tengo palabras para lo que he sentido.
Gracias, amor.
Hola Raquel no te conozco pero si tuve el placer de conocer a tu padre y hermano,los dos eran grandes persona y llegue a cogerle mucho cariño a tu padre cada vez q venia a ver a su hermana y sus sobrinos.
ResponderEliminarSolo puedo decirte que entiendo lo q estas pasando mi madre era, es y será mi alma gemela y tambien la perdi,
Pero en mi corazón se que esta conmigo y q no le gustaria verme triste por eso cada dia hago lo posible para q no vea mal....
Tu padre y hermano tambien estan contigo y ahora es dificil pero piensa q a ellos no les gustaria verte mal asi q mucho animo y para lo q necesites aqui nos tienes.
Un abrazo muy fuerte desde Sevilla
Muchísimas gracias por tu muestra de afecto. Ya sabes lo q es perder al ser que más amas, es una lucha diaria. Espero que Dios, el tiempo y algún ángel me ayuden a integrarlos en el corazón.
EliminarPor el momento sólo es recordar y volverme loca de impotencia. No entender que el mundo no se pare a los pies de ellos y de toda la gente buena que tan rápido parecer marchar a una casa más bella.
Eso dice Elisabeth kübler Ross, q morir es trasladarse al hogar más bello.
Ojalá.
Toda la luz para ellos.
Y que en nosotros se refleje para seguir viviendo.