Intento que el blog no se ciña como una segunda piel a mi exacta realidad emocional, de ser así nada bueno podría aportar. Pero quiero ser honesta y recordar, siempre que lo necesite, que este blog, pasados esos primeros meses en los q no podía escribir más q del abominable dolor, no describirá como trama principal la tortura cotidiana aunque la haya. Apartarla por momentos no es ni autoengaño ni edulcoración del blog. No sería bueno ni para mí ni para ti usar la escritura para UN GUIÓN DEL DOLOR. Centro la esperanza en publicar motas de luz que consigo amar en versión fugaz: animales, lecturas, paseos, encuentros con personas sanadoras, películas, y esos días q logro poner la música alta y bailar saltando como antes hacía a diario. No tener alegría para danzar destroza mi ser más real. Y es ese destrozo el que intento mostrar menos y recomponerlo más. No siempre lo logro. Seguiré escribiendo sobre descubrimientos mientras me conceda a mí misma otro sol naciente. Y tú que
Tendemos a creer que el alma gemela debe ser una pareja, pero el alma es precisamente la que menos entiende de convencionalismos. Claro que puede ser tu pareja, pero también una hermana, tu padre, un hijo, un amigo o un animal no humano. La mayor de las suertes es tener más de una, cuantas más tengas más feliz serás. En mi caso se trata de mi amadísimo hermano Samuel, que no veo ni abrazo de forma material desde marzo de 2018.