Hola, tesoro. Ya ha llegado septiembre, y yo, por increíble que me parezca, he llegado con él.
Septiembre y octubre fueron mis meses favoritos, el paraíso marino, la calma de la arena desierta, pinturas celestes decorando la soledad, encuentros sorpresivos que rompen por momentos la buscada tranquilidad.
Estoy hablando de otra vida, una que hay pocas posibilidades de recuperar. Y no porque sea imposible, sino porque el futuro está escrito, es impredecible y no existe, las tres cosas a la vez. Y ese carácter del futuro me viene muy grande.
Para hacerle frente es necesario un espíritu muy fuerte, y el mío ha estado durante muchos años demasiado herido.
Lo más curioso es que creo que la fuerza del espíritu está muy por encima de los sucesos materiales por trágicos que sean.
Como es el caso de la fuerza interior de Paloma Vilar, la autora de «Mamá, mamá, que estoy bien... La muerte no existe.»
Uno de mis ángeles, JD, me escribió en cuanto lo descubrió. Es el testimonio de una madre que pierde a su hijo con 19 años, su pareja la abandona por otra mujer, ella junto a su hija Leticia y dos perros que ama más q a su vida, recorre el tortuoso camino del duelo.
Paloma logra su recuperación sufriendo mucho, yendo al gimnasio, paseando horas con los perros, leyendo muchos libros espirituales y descubriendo las señales que le regala el alma de Daniel. Es un libro con numerosos detalles de muchísimo dolor, me lo he leído en dos días, enseña que la fuerza interior de superación es lo más bruto que existe. Es más fuerte que todas las guerras juntas, más fuerte que el propio holocausto..., que se lo pregunten a VIKTOR FRANKL.
Soy muy consciente de nuestro máximo poder, pero no soy una ilusa, yo no soy Paloma ni el doctor Frankl, yo no tengo ni remota idea de cómo hacer para que tu inexistencia deje de martirizar mi mente. Para que el miedo a afrontar las pérdidas que me esperan más próximas que lejanas no me haga desear a veces irme yo primero. Me pido primer!!
Yo no soy Paloma, ni Frankl, ni Elisabeth Kübler Ross, por mucho que crea que su manera de hacer frente a la vida sea la más maravillosa de todas.
Yo sólo soy alguien que no sabe cómo se puede vivir sin lo más amado, sin la vida por la que tanto se ha luchado. Soy una mezcla de ti y de Virginia Woolf, a la que tú ni siquiera conocías.
Aparte de leer, sigo con los vídeos que rastreo en Youtube. Vi cómo al fascinante autor de «El poder del ahora», el maestro Tolle, un seguidor le preguntaba con desesperación cómo dejar de pensar en el suicidio. Él le responde: pues suicidándote, hazlo, mata solamente tu ego y tu espíritu quedará liberado.
Creo que ésta es la clave, matar el ego. Creo que estas personas que vuelven a ser felices después de perder lo más amado, que normalmente suele ser un hijo y en mi caso es un hermano, mataron su ego y pusieron su espíritu de amor por encima de cualquier imagen o juicio que los demás pudieran tener de ellos. No tienen un marcado sentido del ridículo ni de la indignidad por mucho que sean humillados, en el caso del psiquiatra Frankl asesinaron a toda su familia mientras él era esclavizado en tres campos de exterminio. Lograron matar su ego antes de que el ego los matara a ellos.
Creo que ésta es la primera lección importante que he aprendido de esta tragedia, hay que matar esa parte de nosotros para llegar a la siguiente lección. Con ego no es posible superar ni el roce de una medusa lila.
¿Estará escrito en mi destino llegar al siguiente escalón? Me encuentro sin fuerzas, no logro desarrollar mi capacidad de amor porque el dolor es devastador, ¿quedará escrito en este blog que logré subir la escalera?
En la radio de mamá está sonando ahora mismo LIGHT MY FIRE, y recuerdo cuando fuimos a Valencia a ver a los DOORS. Me pregunto si es una señal, si me estás pidiendo que deje de estar triste para poder encender tu luz.
No me pidas eso tan pronto, dame tiempo para descubrir dónde reside mi fuerza, mi resistencia y mi rendición.
No te olvides de seguir mandándome ángeles, amor mío.
Enlace al libro MAMÁ, MAMÁ, QUE ESTOY BIEN... LA MUERTE NO EXISTE.
Septiembre y octubre fueron mis meses favoritos, el paraíso marino, la calma de la arena desierta, pinturas celestes decorando la soledad, encuentros sorpresivos que rompen por momentos la buscada tranquilidad.
Estoy hablando de otra vida, una que hay pocas posibilidades de recuperar. Y no porque sea imposible, sino porque el futuro está escrito, es impredecible y no existe, las tres cosas a la vez. Y ese carácter del futuro me viene muy grande.
Para hacerle frente es necesario un espíritu muy fuerte, y el mío ha estado durante muchos años demasiado herido.
Lo más curioso es que creo que la fuerza del espíritu está muy por encima de los sucesos materiales por trágicos que sean.
Como es el caso de la fuerza interior de Paloma Vilar, la autora de «Mamá, mamá, que estoy bien... La muerte no existe.»
Uno de mis ángeles, JD, me escribió en cuanto lo descubrió. Es el testimonio de una madre que pierde a su hijo con 19 años, su pareja la abandona por otra mujer, ella junto a su hija Leticia y dos perros que ama más q a su vida, recorre el tortuoso camino del duelo.
Paloma logra su recuperación sufriendo mucho, yendo al gimnasio, paseando horas con los perros, leyendo muchos libros espirituales y descubriendo las señales que le regala el alma de Daniel. Es un libro con numerosos detalles de muchísimo dolor, me lo he leído en dos días, enseña que la fuerza interior de superación es lo más bruto que existe. Es más fuerte que todas las guerras juntas, más fuerte que el propio holocausto..., que se lo pregunten a VIKTOR FRANKL.
Soy muy consciente de nuestro máximo poder, pero no soy una ilusa, yo no soy Paloma ni el doctor Frankl, yo no tengo ni remota idea de cómo hacer para que tu inexistencia deje de martirizar mi mente. Para que el miedo a afrontar las pérdidas que me esperan más próximas que lejanas no me haga desear a veces irme yo primero. Me pido primer!!
Yo no soy Paloma, ni Frankl, ni Elisabeth Kübler Ross, por mucho que crea que su manera de hacer frente a la vida sea la más maravillosa de todas.
Yo sólo soy alguien que no sabe cómo se puede vivir sin lo más amado, sin la vida por la que tanto se ha luchado. Soy una mezcla de ti y de Virginia Woolf, a la que tú ni siquiera conocías.
Aparte de leer, sigo con los vídeos que rastreo en Youtube. Vi cómo al fascinante autor de «El poder del ahora», el maestro Tolle, un seguidor le preguntaba con desesperación cómo dejar de pensar en el suicidio. Él le responde: pues suicidándote, hazlo, mata solamente tu ego y tu espíritu quedará liberado.
Creo que ésta es la clave, matar el ego. Creo que estas personas que vuelven a ser felices después de perder lo más amado, que normalmente suele ser un hijo y en mi caso es un hermano, mataron su ego y pusieron su espíritu de amor por encima de cualquier imagen o juicio que los demás pudieran tener de ellos. No tienen un marcado sentido del ridículo ni de la indignidad por mucho que sean humillados, en el caso del psiquiatra Frankl asesinaron a toda su familia mientras él era esclavizado en tres campos de exterminio. Lograron matar su ego antes de que el ego los matara a ellos.
Creo que ésta es la primera lección importante que he aprendido de esta tragedia, hay que matar esa parte de nosotros para llegar a la siguiente lección. Con ego no es posible superar ni el roce de una medusa lila.
¿Estará escrito en mi destino llegar al siguiente escalón? Me encuentro sin fuerzas, no logro desarrollar mi capacidad de amor porque el dolor es devastador, ¿quedará escrito en este blog que logré subir la escalera?
En la radio de mamá está sonando ahora mismo LIGHT MY FIRE, y recuerdo cuando fuimos a Valencia a ver a los DOORS. Me pregunto si es una señal, si me estás pidiendo que deje de estar triste para poder encender tu luz.
No me pidas eso tan pronto, dame tiempo para descubrir dónde reside mi fuerza, mi resistencia y mi rendición.
No te olvides de seguir mandándome ángeles, amor mío.
Enlace al libro MAMÁ, MAMÁ, QUE ESTOY BIEN... LA MUERTE NO EXISTE.
No sabía de este libro. Acabo de comprarlo y esta misma tarde me pondré a leer. Mil gracias por compartirlo.
ResponderEliminarMañana será el primer no cumpleaños de María. Estoy preparando por primera vez un brownie de chocolate y nueces.
María siempre hacía uno con cualquier excusa; si tenia una tarde aburrida, si era el cumple de alguna amiga, si pensaba ir a visitar a alguien que hacia tiempo no veía, para una larga tarde de trabajo, en mitad de una jornada de estudio...
Le encantaba la repostería, decía que le calmaba, y hacia ese dulce, que le salía exquisito, sin necesidad de medir ni pesar los ingredientes, como por arte de magia. Se metía en la cocina y en un ratito salía con su brownie, feliz y sonriente mientras dejaba que un maravilloso aroma de chocolate y pastel recién hecho inundase la casa.
Muchas veces al regresar de cualquier sitio, el dulce olor que se colaba por debajo de la puerta, la delataba y decíamos "ya ha estado María con sus pastelitos" y todos sabíamos que había salido bufando a repartir esos pedacitos de cielo cuadrados con cualquiera.
Raquel, encontrarás la fuerza que necesitas. Estoy completamente segura. Un beso amor.
Queridísima Marisa, qué preciosa imagen la de María repartiendo felicidad bañada de chocolate. Cada vez que coma Brownie pensaré en ella.
EliminarMañana cumple años, no aquí como nos gustaría, sino en el alma de muchas personas, y yo, que no sé mucho de repostería, me zamparé media tableta de chocolate negro. A su salud celestial.
Te diré que un día antes del 6 de María, hoy, es el día que Samuel ya no volvió.
Hoy se cumplen 6 meses y le he escrito, con muy poquita fuerza, un post.
Gracias, Marisa, por tu cariño. Un abrazo, querida cómplice. Ojalá lleguemos a esa fortaleza que merecemos.